martes, 30 de diciembre de 2014

Vértigo

Te observo reír, tranquila, y siento vértigo. 

Pienso en el futuro y tiemblo de miedo. 

Te veo imitarme orgullosa, aunque sea un gesto nimio, y me puede la responsabilidad. 

Es tan enorme esto de ser madre... 

Acompañarte en el camino sin perder mi norte, aconsejarte solo cuando lo pidas, felicitarte cuando lo merezcas, corregirte sin reproches. 

Lucho por convertirme en un bonito recuerdo. Que me pienses y te nazca una sonrisa. 

Solo acompañarte en el camino, sin hacer de guía, sin quedarme demasiado atrás. 

A veces me puede el temor a lo desconocido, el no saber cuánto vas a necesitarme. Si me olvidarás, si me echarás de más. 

Te miro con 3 años, y te veo con 20. 
Cómo me vivirás. 
Cuánta paciencia me quedará, cuánta habrás acumulado tú. 
Y los reproches... ¿Cómo los lidiaremos?

Vuelvo a mirarte entonces. 
En los 3. 
Y sonríes hasta con la mirada. 
Quizá vayamos en buen camino. 
Solo quizá.

Si dentro de unos años sientes que no era el correcto, te quedarán mis letras de perdón. Y la certeza de que lo hice lo mejor que supe. 

Te amo tanto que a veces duele. E incluso ese dolor te agradezco. 

Me haces grande, no sabes cuánto. 

Recuérdalo siempre... Incluso con 20. 

Aunque te dé vértigo.