viernes, 22 de abril de 2016

Tú puedes

Te voy a contar un secreto. 

Vas a conseguir todo lo que te propongas. 

Solo hay una condición: tienes que creerlo.

Puede que lo intentes, y no. 

Perderás un poco de fe... Pero no olvides tu objetivo. 

Seguirás probando. Aprendiendo de tus errores, de tus aciertos, incluso de las veces en que solo quedó en intento. 

Habrá quien te invite a dejarlo, quien te diga que no vale la pena. Entonces, recuerda siempre mi voz diciéndote: "¡tú puedes!" 

Y que se callen. 

Puede, incluso, que sea yo misma quien te transmita, aún en silencio, que es difícil.
Cállame con tu ímpetu. Que tu fuerza me demuestre el error. 

Nunca te diré que es fácil. No siempre lo es. La mayor diferencia será, entonces, que tendrás que intentarlo algunas veces más, o con algo más de empuje, con más fuerza. 

Y en todas esas caídas encontrarás mi abrazo cálido. No te levantaré siempre... Pero estaré muy cerca, por si alguna de mis herramientas te sirve. 
Sentirás el calor de la confianza.

Te acompañaré si así lo necesitas, a tu lado, sin empujarte. 

Las madres desarrollamos ese don de leer entre líneas vuestras necesidades. Es cierto que a veces el "ruido" hace interferencias, y nos cuesta un poquito más. Pero no dudes que mi intención siempre es agudizar el oído, la vista, el tacto, el corazón. 

Tú solita, a tus cuatro añitos, has definido la ansiedad como un dragón. ¡Cuánta razón, mi niña! Jamás oí una mejor descripción. 

Lo que no sabes es cuánto me ayuda que hayas puesto nombre, incluso "forma" a esa emoción. 

Ahora, puedo resumir toda esta carta en una sola frase: 

 CREE EN TI Y CALMARÁS AL DRAGÓN 


viernes, 18 de marzo de 2016

Tiempo

Yo lo único que quiero en esta vida es tiempo

Tiempo de no arrepentirme.
Tiempo de ser yo. 
Tiempo contigo. 

De perderme en tu mirada. De vivirte

Tiempo de equivocarme, de aprender, de vivir. 

Tiempo, tiempo, tiempo. 

Y cuanto más quiero, menos tengo. 

Es cuestión de prioridades, me digo. Y lo urgente, una vez más, eclipsa lo importante. 

Lo único que necesito es tiempo. 
De parar. 
De pensar. 
De no hacer nada. 

Darle tiempo al tiempo, como dice la canción. 
Y el tiempo, al final, no recibe nada. 

Quiero tiempo para jugar, para soñar, para ser. 
Para seguir, para no mirar atrás, para saltar sin miedo al abismo. 

El peor enemigo del tiempo es el miedo. O viceversa. 
El miedo que paraliza, que no te deja avanzar. 
Tus ojos de miedo ven el tiempo pasar... 
Y nada. 
No hacen nada. 
Se va. 
Nos quedamos sin tiempo, pero con miedo. 
Jamás el miedo debió ser tan  poderoso. Pero ¿quién corre más deprisa? ¿Quién gana terreno? 

Digamos adiós al miedo... 

Y que nos alcance el tiempo




jueves, 14 de enero de 2016

Ojalá nunca tengas que decidir

Ay, mi chica... 

Ojalá cuando tú seas madre no tengas que escoger. Ojalá puedas ser madre consciente y trabajadora responsable, si así lo decides, sin ser juzgada. 

Ojalá no haya debates sobre si una madre es más madre o menos trabajadora (una cosa o la otra, ¡qué necesidad de excluir!), sobre si es "lícito" ser madre consciente, dependiendo de tu puesto laboral. 

Ojalá no necesites ser súper heroína para sobrevivir en esta jungla. Y si lo eres, que sea porque adoras serlo, como ahora. 

Ojalá no tengas que dar explicaciones por amar por encima de la norma. 

Yo, de momento, seguiré luchando y gritando al mundo, hasta desgarrarme, que la vida hay que vivirla. 
Y que en ningún lugar hay más vida que en la sonrisa de un niño. 
Que los trabajos van y vienen... Y siempre queda la vida. 

Lucharé sin descanso para que no tengas que demostrar nada. 

Tú, mientras, sonríe y vive. Yo te sigo.