domingo, 20 de agosto de 2017

Antinatural

¿Cómo se consigue mantener una lactancia a demanda cuando debes incorporarte a trabajar 16 semanas después de parir?

¿Cómo se va a calmar mi bebé cuando yo esté ausente nueve horas al día?

¿Quién va a explicarle que no dispone de mi calor?

¿Se calmará? Por supuesto que lo hará. No le quedará otra opción. Incluso se acostumbrará a ese plástico frío que pretende sustituirme.

Pero eso no significa que esté bien. Ni él, ni yo, ni el hecho de sentirnos obligados a esto.

Separarte de tu bebé tan pronto es antinatural.
Separar a tu bebé de su fuente de alimento, calor y amor es, sencillamente, aberrante.

Y no me vengan con que el biberón es lo mismo.
No me vengan con la historia de la socialización.
No me jodan con jardines de infancia. Es una jodida guardería.

Porque no nos queda más remedio.
Porque tengo que pagar alquiler, recibos, comida. Aunque una cuarta parte de mi salario vaya a esa guardería.

Permitidme hoy los tacos, estoy asquerosamente triste e indignada.

Con este país y sus leyes, que parece no darse cuenta de que esos bebés que hoy privamos de afecto son el futuro, los futuros adultos que harán que dicho país prospere, o no.


Indignada conmigo misma, por no haber sido capaz de encontrar la manera de alargar ese tiempo con él, con mi bebé. 
Él no pidió venir, no pidió estar en esta familia, en esta casa, con estas necesidades. 
Nadie le dijo que tendría que acostumbrarse a plásticos sucedáneos de pecho y manos desconocidas que tratarán de calmar su ansia de madre. 
Muy enfadada conmigo, porque sabía que esto pasaría y, aún así, decidí traerle, sin haber solucionado primero mi asquerosa jornada laboral. 


Llegaré a las seis de la tarde, intentaré compensar. 


Como si hubiera compensación posible... 







No hay comentarios:

Publicar un comentario